Fundamentos de la

 

Ley 13494

 

 

            En la búsqueda de resguardar la identidad de la región, indispensable para la definición de proyectos sustentables de desarrollo, la comunidad marplatense se ha sumado a la iniciativa impulsada desde su intendencia en procura de preservar y difundir aquellos bienes o ámbitos que contengan valor testimonial y/o paisajístico.

            En tal sentido, el presente proyecto tiene por objetivo resaltar y proteger el invaluable aporte que cultural y testimonial que brinda tres íconos de la estética y la historia local de comienzos del siglo XX: La Villa Ocampo, la Villa Ortiz Basualdo y la Villa Mitre.

            Construida como casa de veraneo, la Villa Ocampo pertenecía a la tía abuela de la célebre escritora Victoria Ocampo, heredera la propiedad, quien le imprime su sello personal, convirtiéndola en sitio de tertulias y encuentros de hombres y mujeres de la cultura nacional e internacional de la talla de Ortega y Gasset, Rabindranath Tagore, Gabriela Mistral, entre otros.

            La escritora decide donar en vida la Villa (junto a la Villa Ocampo de San Isidro) a la UNESCO. Fallecida Victoria este organismo remata la propiedad junto a sus muebles. En 1981, la municipalidad de General Pueyrredón adquiere el inmueble en subasta pública. Desde entonces es la sede del Centro Cultural Victoria Ocampo.

            Respecto de sus valores arquitectónicos y ambientales, se observa un conjunto con tres construcciones diferentes: la casa principal, en estilo inglés, fue adquirida en Inglaterra en 1912, a la firma Boulton & Paul Ltd. y es actualmente sede de las actividades culturales centrales; la casa de los quinteros-caseros donde se brinda alojamiento eventual por solicitud, en estilo francés, y la tercera construcción, en estilo italiano, destinado originalmente a cocheras, hoy dispuestos como sede administrativa y depósitos.

            De planta articulada, la casa principal fue armada in situ. Se desarrolla en dos niveles y está constructivamente resulta en hierro y madera, respondiendo a criterios propios de la “prefabricación”. De la composición volumétrica, se destaca una suerte de torre octogonal que articula la galería semicubierta que rodea tres lados de la casa. Las fachadas son de madera (baloo-frame) y han sido pintadas en tonos claros. Las carpinterías acompañan la modulación de la fachada. Las cubiertas son de tejuelas colocadas diagonalmente.

            Las otras dependencias son de mampostería ladrillera revocadas en morteros símil piedra.

            El conjunto abarcaba dos hectáreas conectadas a través de un recorrido paisajístico cuidadosamente estudiado, que hoy se reduce a una sola manzana donde los tres edificios se integran en un parque con gran variedad de vegetación con árboles de gran porte que brindan un marco ambiental de singular belleza.

            La casa principal se asienta sobre una plataforma que, elevada del nivel del terreno, acentúa su singularidad.

            Además del importante valor significativo y testimonial de la casa, los atributos paisajísticos y ambientales de este conjunto, son protagonistas de las cualidades y el carácter del barrio Los Troncos.

            Por su parte, la Villa Ortiz Basualdo fue construida en 1909. Se erige en la loma de Stella Maris conformando, junto a Villa Normandí, los referentes más elocuentes del “pintoresquismo” de comienzos del Siglo XX en Mar del Plata, corriente que, luego simplificada, da paso a los diseños arquitectónicos marplatenses que le caracterizaron y aún son referentes de identidad.

            Originalmente y a través del proyecto de los arquitectos franceses Louis Dubois y Paul Pater, la casa presentaba una imagen exterior más palaciega. En, 1918, el arquitecto G. Camus proyecta la remodelación que transforma la villa hacia una imagen “Chalet anglo-normando”. El conocido ingeniero Alula Baldassarini es el encargado de la construcción.

            Una de las singularidades de la villa es el diseño integral previsto para sus interiores en el cual se destacan los muebles art nouveau fabricados en Bélgica por la firma Serrurier-Bovy y que constituyen objetos únicos, de gran valor artístico que fueran eje central de estudios mundiales sobre este movimiento.

            Hoy, como sede del Museo de Arte Juan Carlos Castagnino, presenta una muestra permanente de este artista y desarrolla muestras temporales de arte nacional e internacional.

            Durante el mes de diciembre se lleva a cabo la tradicional feria de Navidad, que se suma al atractivo propio del bien.

            Respecto de sus aspectos arquitectónicos y ambientales, la villa presenta una planta compacta articulada. La casa se desarrolla en planta baja y tres niveles y a este esquema se añade un apéndice en dos plantas, actualmente destinados a depósitos, oficinas y eventuales aulas. Las escaleras principales y vestíbulos organizan verticalmente la distribución de los locales que presentan su mobiliario, artefactos de iluminación y ornamentación originales.

            Las fachadas lucen una combinación de texturas y colores: la planta baja en piedra; el primer nivel en mortero símil piedra en bandas horizontales que alternan el rojo y el marfil. Los niveles superiores articulan bandas en símil piedra verticales y el falso pan de bois. Esta materialidad, junto con el complejo sistema de techumbre, conforman un juego cromático y volumétrico de singular valor arquitectónico. Las cubiertas son a dos y a cuatro aguas de fuerte pendiente con pináculos de remate (en tejas galvanizadas que reemplazaron a las originales de zinc).

            Orientada a 45° de los ejes municipales, la casa principal se implanta en un lote de un cuarto de manzana destacándose el gran porche de acceso con sus contrafuertes de piedra. El apéndice (ampliación posterior) se distribuye paralelamente a las medianeras.

            Junto con la Villa Normandí, la Villa Ortiz Basualdo constituye un hito para la ciudad y la región, no solo por su singularidad artística y arquitectónica, sino también por sus valores como testimonio vivo de la imagen urbana de la “villa balnearia” de comienzos del Siglo XX.

            Su uso actual como museo de arte (con sus actividades complementarias de biblioteca, archivo, depósitos, etc.) resulta pertinente y adecuado para cumplir con un servicio cultural a través de un bien patrimonial.

            Propiedad de la familia Mitre -fundadora del diario La Nación- la casa principal y las dependencias (caseros y cocheras) fue construido en 1930 por los arquitectos F. Hitze y A. Williams.

            La casa principal formaba parte de una quinta de tres manzanas siguiendo las características de las viviendas de veraneo en Mar del Plata.

            El Ing. Emilio Mitre (hijo del general Bartolomé Mitre) ejercía la dirección de La Nación. Cuando en 1909 fallece su esposa, impulsa la construcción de la iglesia “Divino Rostro” y el establecimiento educativo de la congregación.

            En 1979, la casa principal y sus anexos en el predio (manzana conformada por las calles Lamadrid, Formosa, Las Heras y Matheu) son donados por la sobrina de la familia Mitre a la municipalidad de General Pueyrredón y, desde 1981, se estableció como sede del Museo y Archivo Histórico Municipal “Roberto T. Barili”, honrando a quien fuera uno de los máximos referentes en la reconstrucción e investigación de los orígenes y evolución de la historia local y regional.

            La casa principal se desarrolla en dos niveles: la planta baja destinada a las exposiciones permanentes y la planta alta a biblioteca, exposiciones, sala de investigadores y oficinas. El mirador, en el nivel superior, que ofrece una excelente vista al entorno, es utilizado para el dictado de charlas o talleres.

            La composición resuelve de manera austera un lenguaje neocolonial, adoptado por encargo de la familia en 1930. Las fachadas están revocadas en blanco, las carpinterías (en ventanas, celosías, balcones ornamentales, barandas y bandos) en madera hachada o moldurada, cubiertas inclinadas de poca pendiente, de tejas españolas y una articulación que asume la voluntad “pintoresquistas” siguiendo el sesgo colonial españolizante. Algunos detalles en piedra y la presencia de la recova en el acceso principal.

            El concejo deliberante de General Pueyrredón ya lo ha declarado de interés patrimonial por Ordenanza 10.075 y 15.728.

            Por todo lo hasta aquí expuesto, solicito a los señores senadores que acompañen con su voto favorable la presente iniciativa.